OPINIóN

La digitalización financiera Parte III


Felipe J. Rendón

Las tecnologías digitales han irrumpido en todas las esferas de nuestra cotidianeidad (pública, privada, profesional) en nuestras relaciones con terceros, ya sean particulares, empresas o Administraciones públicas, la presencia de dichas tecnologías es cada día menos visible, a pesar de encontrarse creciente y profundamente enraizadas en prácticamente todos nuestros gestos, sin necesariamente tener conciencia plena de ello.

La digitalización automatiza, simplifica y mejora procesos, facilita el acceso a bienes y servicios, hace más eficaces y eficientes las comunicaciones, expande las fronteras del conocimiento y permite almacenar, analizar y producir información a partir de la captura de ingentes cantidades de datos en formatos diversos, proporcionando información necesaria para la toma de decisiones en entornos cada día más complejos, inciertos y competitivos. Las tecnologías digitales son promotoras de un cambio de paradigma que, en el ámbito de los servicios financieros, se unen a las sucesivas innovaciones digitales: la apertura a la competencia, la entrada de nuevos agentes hasta fecha reciente ajenos a la actividad financiera y ofrecer servicios de calidad, accesibles y mejorar la protección de los clientes.

Los cambios que ya se implementan en la industria de pagos, que es además puerta de entrada a otras verticales de servicios financieros tradicionalmente provistos por la banca, no son aún percibidos por los clientes de las entidades, porque nadie se los ha explicado ni ayudado a entender. Esta tarea de divulgación, de educación financiera y digital, sigue siendo una asignatura pendiente para un sector cada día más concurrido, pero especialmente para los proveedores tradicionales (bancos) que ya tienen establecida la relación con unos clientes que no desean compartir, pero a los que tampoco “preparan” para que sean capaces de distinguir entre agentes y soluciones de Fintech, Neobancos y Bigtech que, aunque no son idénticas, sí son similares.