OPINIóN

Editorial: Minería


Las actividades extractivistas que se desarrollan en la provincia pasan la factura a los orenses de la forma más cruel: afectando a quienes menos tienen. Santa Rosa y El Guabo sufren directamente las secuelas del desenfreno de la explotación de minerales. En La Iberia, no es solo el puente el que corre peligro, sino también, las familias que habitan en las riberas del Jubones.

Las actividades extractivistas que se desarrollan en la provincia pasan la factura a los orenses de la forma más cruel: afectando a quienes menos tienen. Santa Rosa y El Guabo sufren directamente las secuelas del desenfreno de la explotación de minerales. En La Iberia, no es solo el puente el que corre peligro, sino también, las familias que habitan en las riberas del Jubones, quienes viven en constante zozobra por lo que pueda ocurrir. Reveladores testimonios dan cuenta que pasan sus noches en vela, pendientes, por si sube la corriente, poder huir. ¿Por qué no lo hacen ahora? Pues sencillo: no tienen a dónde ir. Allí acusan a las empresas areneras de extraer material del río en la zona cercana a donde está el puente. Esa excavación ha generado, según los comuneros, la erosión de las bases, que de a poco han cedido y causan el hundimiento.

En Santa Rosa el panorama puede resultar peor: son más personas las involucradas, las que registran síntomas de una aparente intoxicación. Aunque la causa todavía no ha sido determinada con exactitud, crecen las quejas que se debe al agua que consumen en sus hogares y que, supuestamente, están contaminadas con metales pesados producto de la explotación de minerales en las zonas adyacentes a la afluente utilizada para captar el líquido.

No se trata de consultas populares, tampoco de reformar leyes. Se trata de hacer cumplir lo vigente, también es cuestión de que las autoridades cumplan su rol a cabalidad. Lamentablemente, nuestras instituciones públicas están llenas de burócratas fastidiados de tener que hacer lo que les corresponde. O quizá es peor de lo que creemos. Lo real, necesario y urgente es que no podemos seguir así. Esperemos que estas adversidades por las que atraviesan nuestros hermanos guabeños y santarroseños no sea igual a lo que pasó con Zaruma. Recordemos que en el Pueblo Mágico orense un hospital sufrió severos daños y nunca tuvieron una casa de salud nueva. Ojalá esa historia no se repita en El Guabo. Anhelamos que se dé una rápida solución con la instalación de un nuevo viaducto que conecte a este cantón con Machala, porque si no ocurre así, son las comunidades rurales guabeñas las principales afectadas.