OPINIóN

Editorial: El fin del poder


“El poder es fácil de obtener, difícil de usar y fácil de perder” es como el periodista y escritor venezolano Moisés Naím, describe en su libro “El fin del poder”, (escrito en 2013), el destino que corren las autoridades que no toman acertadas decisiones y ven en el totalitarismo, la pedantería, e incluso, quienes creen que, por estar en el poder, pueden estar por encima de la Ley.

“El poder es fácil de obtener, difícil de usar y fácil de perder” es como el periodista y escritor venezolano Moisés Naím, describe en su libro “El fin del poder”, (escrito en 2013), el destino que corren las autoridades que no toman acertadas decisiones y ven en el totalitarismo, la pedantería, e incluso, quienes creen que, por estar en el poder, pueden estar por encima de la Ley.

Hoy bien puede aplicarse ese concepto a la derrota de Donald Trump, en el ámbito global, pero también, puede adaptarse a nuestra realidad.

La ministra de Gobierno, María Paula Romo, está a punto de salir por la puerta trasera de este régimen, que ya le busca reemplazante antes de que se proceda a la votación de su juicio político.

En una escala hiperlocal, ejemplos existen por montones. Veamos los últimos resultados seccionales: De quienes se postularon a la reelección, ¿Cuántos en realidad ganaron?

Y podemos también, bajo esa lógica, ver hacia futuro, para los comicios 2021 o 2023. Nuestros gobernantes deben entender que no están por encima de la Ley. Que, además, no son indispensables para nadie. Que están bajo el constante escrutinio público, con una ciudadanía rigurosa.

Tal como analiza Naím en su investigación, tenemos una sociedad mejor informada, más preparada, con mayor capacidad de discernimiento, más crítica, mucho menos conformista, más exigente con sus gobernantes. Eso, los políticos no pueden ni deben subestimar.

Se viene el fin de un nuevo periodo presidencial en Ecuador. ¿Será el fin de una corriente política?, ¿Ecuador, de una vez por todas, dará el cambio de timón de izquierda a derecha?

Estamos próximos a cumplir 14 años en los que los ecuatorianos han puesto en el poder a aquellos que creen que el modelo fracasado de Cuba y Venezuela son la solución para este país. Claro, Moreno reculó en el camino, aunque sin éxito, por cuanto no es un derechista, tampoco sus acompañantes a excepción del actual ministro de Economía.

Veremos qué deparan las próximas elecciones y a qué corriente ideológica decide depositar su confianza el ciudadano ecuatoriano.