OPINIóN

Editorial: Cuantiosas pérdidas por apagones prolongados


El último apagón registrado entre la noche del viernes y la madrugada del sábado último afectó a los principales cantones de la parte alta de la provincia, lo cual dejó cuantiosas pérdidas económicas debido a que los ciudadanos se quedaron sin el servicio por el espacio de alrededor de nueve horas.

El último apagón registrado entre la noche del viernes y la madrugada del sábado último afectó a los principales cantones de la parte alta de la provincia, lo cual dejó cuantiosas pérdidas económicas debido a que los ciudadanos se quedaron sin el servicio por el espacio de alrededor de nueve horas.

No es la primera vez que los orenses tenemos que pagar los platos rotos ante la falta de energía eléctrica. Siempre hemos tenido que padecer de este mal, incluso nos hemos quedado sin luz hasta por varios días, debido a que se han presentado diferentes inconvenientes en el sistema interconectado nacional.

Lamentablemente, nos vendieron la idea de que en la provincia nunca más iba a ser afectada por los apagones. Primero, con la alternativa de que se iba a explotar gas en el Golfo de Guayaquil y que dicho recurso natural serviría para generar energía eléctrica para atender la demanda de consumo en El Oro.

La segunda opción fue el interconectado eléctrico binacional con el Perú. Si bien es cierto, una vez entró en funcionamiento ante una emergencia que atravesó la provincia, pero al final de cuentas, esto no le convenía al país porque comprarle energía al Perú, resultaba más caro que lo pensado.

Es inadmisible que en los actuales tiempos, sigamos sufriendo por los apagones, que a más de generar un justificado malestar, también perjudica a las empresas que dependen directamente de este servicio y que muchas veces, deben contabilizar pérdidas que difícilmente las puedan recuperar, porque nadie se hace responsable.

Por ello es necesario, que de parte del Gobierno Nacional y de las institucionales vinculadas con el sector eléctrico, se implementen planes de contingencia ante situaciones emergentes como las vividas en el reciente fin de semana en el altiplano orense.

No es posible que en vez de avanzar en esta materia, más bien estemos retrocediendo hasta quedar en tinieblas.