NACIONAL

Lenín Moreno cuestionó la intención de demandar al Estado por supuesto uso excesivo de la fuerza en el paro de octubre


En tono enérgico, a través de una cadena de radio y televisión, el presidente Lenín Moreno, cuestionó la intención de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) de demandar al Estado por el supuesto uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones del octubre pasado.

En tono enérgico, a través de una cadena de radio y televisión, el presidente Lenín Moreno, cuestionó la intención de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) de demandar al Estado por el supuesto uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones del octubre pasado.

Moreno indicó que en 40 años de democracia Ecuador "no había vivido nunca un hecho parecido", al referirse a los actos de violencia presuntamente protagonizado por los manifestantes y enumerar algunos de lo hechos.

Citó, por ejemplo, las retenciones y agresiones contra policías y militares, y periodistas; así como la destrucción de ambulancias que trasladaban heridos. "Se intentó derrocar al Gobierno con violencia extrema y un ataque terrorista organizado", dijo el mandatario.

Aseguró que durante las protestas la policía utilizó armas disuasivas, "no usó armas letales, y no disparó ni una sola bala; 435 policías y 80 militares fueron heridos...", sostuvo.

La demanda contra el Estado fue anunciada por Jaime Vargas, presidente de la Conaie, después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló en un informe sobre el paro que sí hubo uso excesivo de la fuerza.

Sin dar nombres, Moreno indicó que detrás de las manifestaciones y la intención de la demanda contra el Estado hay intereses electorales. "El país sabe quienes son los que tienen grandes intereses de electores, y cómo hay recibido ayuda de los prófugos de la justicia y de sus amigos en Europa...".

Durante la cadena que duró ocho minutos, Lenín Moreno no hizo mención a la CIDH. Sin embargo, en los últimos días, miembros de su gabinete cuestionaron el informe del organismo internacional, calificando de sesgado.