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Mapia To, el centro cultural donde se habla de los tsáchilas


Instalar un centro cultural y turístico no es tarea fácil. Santiago Aguavil es un poné tsáchila que antes de empezar su proyecto en Santo Domingo recorrió varios sitios de la Amazonía ecuatoriana para ver cómo era manejado el turismo en los pueblos y nacionalidades del visitado lugar.

Instalar un centro cultural y turístico no es tarea fácil. Santiago Aguavil es un poné tsáchila que antes de empezar su proyecto en Santo Domingo recorrió varios sitios de la Amazonía ecuatoriana para ver cómo era manejado el turismo en los pueblos y nacionalidades del visitado lugar.

Así, en su casa, ubicada en El Poste, una de las siete comunas tsáchilas en la provincia, empezó un proceso para mostrar al mundo las costumbres y las tradiciones de su etnia.

Santiago y su familia conviven con la naturaleza, se dedican a la agricultura y atienden a quienes llegan para conocer acerca de la nacionalidad y de sus saberes de medicina ancestral.

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Hijo de un reconocido poné tsáchila, Alejandro Aguavil Oranzona también siguió sus pasos y es un sabio tsáchila que atiende a los turistas en Mapia To, el centro cultural. Además viaja a otras ciudades porque muchos le llaman para que vaya a realizar rituales shamánicos o envíe la bebida curativa ayahuasca hacia otros puntos del país.

Recorrido

Turistas de diferentes puntos de Ecuador, como Machala, Guayaquil y la Sierra, llegan a Mapia To, donde Santiago les da la bienvenida, les lleva a conocer el lugar en un recorrido de aproximadamente 40 minutos. En el sitio hay varias chozas, cada una tiene una utilidad, mostrar alguna piedra ancestral, el espacio de ritual, un lugar de descanso, entre otras. Además, existen animales como tortugas o hasta un tigrillo que no están en cautiverio, sino que viven en el lugar. Está también el rincón donde se prepara y se bebe la ayahuasca y se comparte entre los asistentes.

En el mismo territorio se consiguen todas las plantas medicinales para los preparados y las famosas limpias.

Santiago también toca la marimba, instrumento que entonan los tsáchilas y que da la pauta a los conocidos bailes tradicionales de su tierra.

Algunos turistas buscan compartir y convivir con los tsáchilas para conocer más a fondo su cultura. Así, quienes deseen pueden quedarse a dormir en el lugar, aprender un poco del tsáfiqui, su idioma nativo, y descubrir las costumbres, la comida típica y la forma de vida de los nativos.

Para Santiago Aguavil y su familia este es un camino que están empezando a forjar. Dice que le falta mucho, pero esperan a los turistas y les brindan la mejor atención. Próximamente esperan implementar, paso a paso, más novedades para quienes llegan a visitarlos.