OPINIóN

Los medios y el cambio climático


El estudio sobre la información de los medios relativa al cambio climático ha generado una amplia inquietud académica en los últimos diez años, centrada de manera especial en Estados Unidos, con otras expresiones significativas en el Reino Unido, Canadá y Alemania.

El estudio sobre la información de los medios relativa al cambio climático ha generado una amplia inquietud académica en los últimos diez años, centrada de manera especial en Estados Unidos, con otras expresiones significativas en el Reino Unido, Canadá y Alemania.

En términos generales, estos trabajos coinciden en destacar las carencias en el tratamiento periodístico, si bien los estudios más rigurosos buscan conocer el complejo proceso que se da entre la fuente científica que comunica un hallazgo o una alerta y su difusión por los medios masivos.

También se detectan aquí graves carencias en la forma de comunicar desde la fuente científica, así como la desconfianza generalizada hacia los medios. De los análisis sobre los valores de agenda relativos al calentamiento global y cambio climático, así como de su tratamiento periodístico, se advierte, entre otros aspectos, que:

La presencia de información en los medios masivos no está relacionada tanto con las alertas y los hallazgos científicos como con eventos de naturaleza política, entre los que cabe incluir la iniciativa de Al Gore, que ha sido hasta la fecha, con diferencia, la de mayor impacto mediático (Boykoff y Roberts).

La información tiene, por regla general, un carácter poco riguroso, al menos desde el punto de vista de la comunidad científica, y las prácticas constructivas del periodismo desvirtúan muchas veces, por el bajo índice de especialización de los profesionales de los medios, el mensaje que la ciencia transmite (Russell). Sin embargo, a pesar de las carencias, los medios han contribuido decisivamente a abrir el debate en la opinión pública (Revkin).

No obstante, desde la posición de los analistas de la transmisión de las alertas científicas se detectan carencias en las fuentes y desconfianza hacia los medios, factores que no contribuyen a una traslación eficaz del mensaje (Mooney; Rice). Estas debilidades ya aparecieron con ocasión del primer informe del IPCC y, en términos generales, se siguen reproduciendo (Nisbeth; Neverla).

La información no mantiene una continuidad en la agenda de los medios, sino que fluctúa en función de los valores de noticiabilidad periodística, de modo que las expresiones narrativas sobre el cambio climático se ven supeditadas a la prevalencia de otras secciones o claves de la actualidad (Roser-Renouf y Nisbet).

No obstante, se ha detectado en los últimos años un aumento significativo del espacio dedicado por los medios a los problemas medioambientales, independientemente del rigor, oportunidad y fiabilidad de lo publicado. Así, en Estados Unidos (Boykoff y Boykoff 2015: 133) se estima que, entre 1988 y 2015, se han multiplicado por cuatro los flujos de información relativos al tema, con una penetración creciente hasta un punto cumbre en 2015.

El tratamiento informativo no es uniforme y varía según los países (Fahn; Brewer), ni tampoco es homogéneo en los diferentes medios (Carvalho y Burgess).