Jorge Guido
Sotomayor Pereira
Conversaba con unos amigos respecto del hecho que nuestro país tiene una de las más altas tasas de emprendimiento en el mundo y sin embargo ese fenómeno no se refleja en la economía nacional, ni en sus niveles productivos, absorción de empleo, crecimiento económico y mejoramiento de las condiciones de vida de la población. ¿Qué se necesita para emprender estimado lector? ¿basta con ser audaz, osado y poner un negocio porque éste crecerá con los años?
Las investigaciones realizadas (el reporte GEM 2016 es muy claro en este sentido) muestran que se emprende en gran medida por necesidad y no en función de un análisis claro del entorno y de las necesidades de la población. ¿Qué bienes y/o servicios necesita una sociedad?, ¿se impone el cambio de la matriz productiva como mecanismo para fortalecer la economía nacional?
Además, muchos emprendedores no diseñan un plan de negocios que establezca una hoja de ruta en función de la cual gestionará su empresa. Vivimos y hacemos negocios en mercados altamente competitivos, de ahí el porqué muchos emprendimientos no pueden subsistir, ni siquiera alcanzan cinco años de vida, menos aún dar empleo. Según el reporte GEM, al 2016 la mayoría de los emprendimientos no generaban empleo, menos aún expectativas de generación del mismo. Por el contrario en naciones como Chile, Colombia y Perú esta variable es significativamente mayor a la de nuestro país.
Debe tomarse en cuenta también que, si deseamos que las empresas surjan es necesaria la existencia de un entorno que facilite su crecimiento: acceso a financiamiento, tasas de interés accesibles, capacitación a emprendedores, acceso a mercados, régimen laboral adecuado, son entre otros, elementos que permitirían a estas organizaciones sostenerse en el tiempo y crecer.
Queda claro entonces que los emprendimientos no se desarrollan por generación espontánea, se hace necesaria la conjugación de aptitudes y actitudes de una persona, tener una idea innovadora, diseñar un modelo de gestión de negocios viable y contar con un macroentorno que favorezca el crecimiento empresarial. Como se puede apreciar el emprender no es un proceso fácil, sin embargo es absolutamente necesario para que las personas encuentren mejores condiciones de vida, logren independencia económica y contribuyan para que el estado, a través de la generación de esta riqueza, pueda distribuirla equitativamente a todos los estratos sociales, logrando de esta forma el tan ambicionado desarrollo económico.