Con nutrida agenda, hasta el fin de la presente semana, ejercerá desde Nueva York el presidente Lenín Moreno.
La cámara que le instalaron en su despacho no tendrá a quién espiar. Solo servirá para probar cómo se procedió en el régimen anterior.
Con nutrida agenda, hasta el fin de la presente semana, ejercerá desde Nueva York el presidente Lenín Moreno.
La cámara que le instalaron en su despacho no tendrá a quién espiar. Solo servirá para probar cómo se procedió en el régimen anterior. No eran solo ganas de hacer oposición las denuncias realizadas por los medios de comunicación colectiva. Una estructura mafiosa, con las características de aquella de la cual estamos tratando de librarnos, tenía que recurrir a todo género de argucias para proteger sus ilícitas ganancias. Eso deben tenerlo en cuenta las autoridades de control para proceder en consecuencia: están intentando sancionar no solo la corrupción a secas, sino también liberar al Ecuador de un grupo delincuencial que se tomó el poder por la vía de los votos, sí, pero que a poco se constituyó en otro de los tantos regímenes totalitarios con discurso de izquierda y práctica de camorra.
Ojalá entonces que en su visita a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente consiga el apoyo de los países miembros de la ONU a sus propuestas para combatir la corrupción. Un fenómeno mundial requiere una política de igual alcance si se desea combatirlo con éxito.
Por otra parte, qué bueno que se reabra la Embajada en Austria, país sede de la OPEP, y que se estrechen relaciones con Canadá, con Chile, con Costa Rica, con el Uruguay. También con Bélgica, por razones obvias.
Vamos a oír atentos su discurso ante la Asamblea General, a ser pronunciado mañana. Se ha informado que estará sustentado en un llamamiento a la paz, incentivando a los países a suscribir el acuerdo que intenta restringir la proliferación de armas nucleares. El Ecuador siempre ha mantenido un discurso a favor de la paz y el respeto a los derechos humanos. También inaugurará la reunión del G 77 + China.
Por supuesto, se reunirá con representantes de la amplia colonia de ecuatorianos y líderes de las asociaciones que los aglutinan, que viven en la Gran Manzana y sus alrededores.
La programación no da para más en cinco días. Lenín quiere mostrarle al mundo su capacidad de trabajo.